En las regiones en desarrollo, 23 millones de adolescentes en riesgo de embarazo no planeado no están usando anticonceptivos modernos

Satisfacer sus necesidades anticonceptivas reduciría significativamente los embarazos no planeados y las muertes maternas

La prevención del embarazo no planeado es esencial para mejorar la salud sexual y reproductiva, así como el bienestar social y económico de las mujeres adolescentes. Sin embargo, un nuevo informe revela que muchas mujeres que desean evitar el embarazo no están recibiendo los servicios que necesitan para proteger su salud y retrasar la maternidad. El informe Adding it up: Costs and Benefits of Meeting the Contraceptive Needs of Adolescents, (disponible en inglés) por Jacqueline E. Darroch et al., publicado el día de hoy por el Guttmacher Institute indica que, de los 252 millones de mujeres adolescentes en edades de 15–19 años en las regiones en desarrollo, un estimado de 38 millones son sexualmente activas y desean evitar el embarazo. Sin embargo, 23 millones de esas adolescentes tienen una necesidad insatisfecha de anticoncepción moderna: son sexualmente activas y no quieren tener un bebé dentro de los siguientes dos años, pero no usan anticonceptivos modernos. La mayoría de las adolescentes que tienen una necesidad insatisfecha no están usando métodos anticonceptivos (84%); el 16% restante depende de métodos tradicionales, principalmente el retiro y la abstinencia periódica, los cuales son menos efectivos que los métodos modernos.

En la actualidad, 15 millones de mujeres adolescentes usan anticonceptivos modernos, previniendo con ello 5.4 millones de embarazos no planeados cada año. De esos embarazos, se estima que 2.9 millones habrían terminado en abortos, muchos de los cuales habrían sido inseguros. El uso actual de anticonceptivos modernos también evita 3,000 muertes maternas en adolescentes por año en los países en desarrollo.

"Hacer posible que las mujeres jóvenes eviten el embarazo no planeado y la maternidad hasta que se sientan preparadas para convertirse en madres puede tener un impacto profundo. Les permite llevar vidas más saludables, tanto para ellas como para sus hijos, lograr un mayor nivel educativo y mejores oportunidades de empleo", indica la autora principal Jacqueline E. Darroch. "El impacto positivo de invertir en servicios de salud sexual y reproductiva para las mujeres adolescentes es innegable".

Los investigadores estiman que el costo total de proveer anticonceptivos modernos a los 15 millones de mujeres adolescentes que actualmente los usan es de 222 millones de dólares por año. Mejorar los servicios existentes para servir mejor a las usuarias actuales (incluido un mayor acceso para la gente joven a información precisa y educación, así como asegurar que tengan una variedad de métodos modernos para escoger) aumentaría el costo a 313 millones de dólares por año. Expandir los servicios anticonceptivos para responder también a las necesidades de los 23 millones de mujeres adolescentes que actualmente tienen una necesidad insatisfecha de métodos modernos de anticoncepción aumentaría el costo total a 770 millones de dólares anualmente. A nivel regional, los costos serían de 351 millones de dólares en África, 222 millones de dólares en Asia y 196 millones de dólares en América Latina y el Caribe.

En promedio, proveer servicios anticonceptivos de alta calidad a todas las mujeres adolescentes en edades de 15–19 que son sexualmente activas y desean evitar el embarazo costaría solamente 21 dólares por usuaria cada año.

El impacto de esta inversión sería espectacular. Satisfacer la necesidad de anticoncepción moderna de todas las mujeres adolescentes que desean evitar el embarazo resultaría en:

  • 6.0 millones de embarazos no planeados menos (una disminución de 59%);
  • 2.1 millones de nacimientos no planeados menos (una disminución de 62%);
  • 3.2 millones de abortos menos (una disminución de 57%), incluyendo 2.4 millones de abortos inseguros menos;
  • 700,000 abortos espontáneos —de embarazos no planeados— menos (una disminución de 60%); y
  • 5,600 muertes maternas menos, relacionadas con embarazos no planeados (una disminución de 71%).

Teniendo en cuenta los hallazgos del estudio, los autores sugieren que quienes planifican los programas y formulan las políticas tienen que trabajar en varios frentes para satisfacer las necesidades de las adolescentes: prevenir las violaciones a los derechos humanos como el matrimonio infantil, las relaciones sexuales bajo coerción y el abuso sexual, que subyacen en una parte de la actividad sexual de las mujeres jóvenes; promover la educación de las mujeres adolescentes y mejorar la condición de las niñas y las mujeres en la sociedad; y proveer educación sexual de alta calidad, así como consejería y servicios de anticoncepción para ayudar a que las mujeres jóvenes superen las barreras relacionadas con el uso de anticonceptivos y protejan su derecho a elegirlos de manera voluntaria, informada y confidencial.

Para este informe, los investigadores analizaron datos provenientes de una amplia variedad de fuentes, incluidos datos de encuestas a mujeres en edades de 15–19 años en países en desarrollo, con el fin de documentar el número de mujeres adolescentes que carecen de servicios anticonceptivos, lo que costaría satisfacer sus necesidades, los beneficios de satisfacerlas y los obstáculos existentes a la hora de proveer los servicios necesarios a las adolescentes.

Adding it up: Costs and Benefits of Meeting the Contraceptive Needs of Adolescents​, (disponible en inglés) por Jacqueline E. Darroch, Vanessa Woog, Akinrinola Bankole y Lori S. Ashford está disponible en línea.

La elaboración de este informe fue posible gracias a subvenciones de la Fundación Bill y Melinda Gates, Fundación Fondo de Inversión Infantil, la Agencia Sueca de Cooperación para el Desarrollo Internacional y el Gobierno del Reino Unido. Las opiniones expresadas son de los autores y no reflejan necesariamente las posiciones y políticas de los donantes.